viernes, 13 de marzo de 2009

Master Clint


La redención del antihéroe americano


Al igual que ocurre con el coche que da título a la película y se puso de moda en la década de los 60 y 70 en E.E.U.U. - Gran Torino-, Clint Eastwood nos regala una obra de elevadas prestaciones y gran potencia dramática lejos del trazo clásico y mirada sobria de su anterior film El intercambio, de ahí que el aspecto formal de la misma pase a un segundo plano ( pocos escenarios y una historia mínima de gran profundidad moral). Este valorado coche de época, tan presente en cine y televisión ( en la serie de los setenteros policías Starsky & Hutch ), es un personaje más que adquiere una dimensión simbólica como metáfora de un tiempo de esplendor.

La historia se centra en un viudo y héroe de guerra de Corea – Walt Kowalski- y las relaciones de éste con la familia y sus vecinos hmongs (etnia del sudeste asiático). El intento de robo de su preciado Ford Gran Torino por el joven vecino Thao, hijo pequeño de los vecinos, impulsa una relación cada vez más cercana con el objetivo de hacer de éste alguien de provecho ante la amenaza de convertirse en un pandillero más.

Clint Eastwood interpreta a Walt Kowalski entre gruñidos y voz rota aunando a personajes de obras anteriores como el militar inquebrantable que dice tacos ( El Sargento de Hierro) o el justiciero ( Harry el Sucio) para poner de relieve la capacidad de transformación del ser humano en un plano social en el que convive lo tradicional ( el maestro devenido de la experiencia veterana de Kowalski y la juventud de Thao) frente a lo contemporáneo ( racismo, interculturalidad, globalidad).

No deja de ser una mirada cercana a su esencia, a su universo temático (relaciones familiares, la iglesia, la justicia, las relaciones humanas) que explosiona en un final abrupto y violento de forma inesperada y, también, conciliadora por la trayectoria vital del ex combatiente que crece emocionalmente conforme avanza la película hasta llegar a la redención marginando todo tipo de prejuicios que pudieran resultar reaccionarios.

En definitiva, no dejen de ver Gran Torino por su magistral dirección e interpretación que nunca decepcionan en el cine del maestro Clint, por su humor destacable (relación con el sacerdote), por sus buenas intenciones integradas en una historia llena de diálogos sencillos que pueden resultar estridentes ( interpelaciones malhumoradas constantes de Kowalski hacia los personajes que habitan el film) y, no por ello menos importante, por la partitura final compuesta y ensalzada por la mística voz de Eastwood.

lunes, 2 de marzo de 2009


AZÚCAR INTEGRAL

No se confundan, no se trata de una crítica culinaria ni de un reportaje nutricional al uso para describir las propiedades del azúcar integral de caña, pero tras el visionado de la oscarizada Slumdog Millionaire (ocho oscar, entre ellos mejor película, mejor director para Danny Boyle y mejor guión para Simon Beaufoy) uno sale del cine narcotizado con un sobredosis de melaza de la que es difícil recuperarse sobre todo por las expectativas creadas. Entonces, ¿qué es lo que hace atractiva a esta película? Pues precisamente su sabor agradable frente a una textura algo pegajosa como ocurre cuando uno consume azúcar integral.

Danny Boyle ( Trainspotting, La Playa, 28 dias despues) –con la ayuda de su olvidada codirectora Loveleen Tandan - obtiene mediante la trituración de distintos elementos manidos en el cine- el sueño de huir de la pobreza, el primer amor, los submundos como escenarios para infundir mayor fuerza al discurso- un puente hacia una felicidad artificial que dista de su virtuosismo técnico. Destacar su hipnótico- y tramposo en distintas secuencias- montaje que te atrapa desde el primer momento por su agilidad (persecuciones por Bombay), voracidad- que no veraz-, por la crudeza y violencia de su inicio y por la arrebatadora fotografía de Anthony Dod Mantle ( Dogville, El último rey de Escocia ). Eso sí, como ya he apuntado anteriormente, un montaje que se trunca, en ocasiones, y se aleja de la construcción dramática de la historia despertando a la decepción.

El guión corre a cargo de Simon Beaufoy ( Full Monty ) - basado en la novela de Vikas Swarup Q & A ( Preguntas y respuestas)- quien ha llegado a manifestar que su objetivo era trasladar la energía depositada en los suburbios indios, de ahí el ritmo y el humor presentes en la misma hundiendo a sus protagonistas Jamal (Dev Patel), Salim (Madhul Mittal) y Latika (Freida Pinto) – y al espectador- en la miseria con el fin de conformar un mensaje de esperanza triunfando la necesidad de soñar cuando la realidad se presenta trágica. Este motivo argumental central no deja de ser atractivo pero en el conjunto de la película no convence aunque la crítica internacional se haya rendido a sus pies como si de una obra maestra se tratara.

Slumdog Millionaire recomendable para quienes se deleiten del cine con azúcares añadidos (guiño Bollywood del final) aderezado de calvarios, tragedias y realidades sociales que el propio director terminará marginando por un discurso “esperanzador”, lleno de magia como si de una fábula se tratara. Al fin y al cabo, soñar no cuesta nada.